Investigando la noticia sobre el caso de Google con el fisco italiano, que se conoció a fines de enero, encontramos que un mes antes Apple había acordado pagar 318 millones de euros al mismo.
Luego de una inspección fiscal recientemente cerrada, los investigadores de la policía fiscal de Milán acusan a Google de haber estafado al fisco italiano durante años. La deuda reclamada, de 227 millones de euros, correspondería a 200 millones por impuestos impagos sobre royalties, mas otros 27 millones en concepto de impuestos sobre beneficios que tampoco pagó por no haber declarado 100 millones de euros de ganancias entre 2009 y 2013.
Según publica Corriere della Sera, un vocero de la firma declaró que la compañía “respeta las leyes en materia fiscal en cada país donde opera": "Seguimos trabajando con las autoridades”. De acuerdo a esta misma fuente representantes legales de la casa de Mountain View habrían ofrecido 114 millones de euros para sanar la situación (refiriéndose en este caso al período 2008-2012), sin que ello significara aceptar presuntos errores o incongruencia en su operación y solo con el fin de evitar un potencial, largo y agotador pleito contra la administración financiera. De acuerdo con las últimas noticias parece que se llegará a un acuerdo en torno a los 150 millones.
La operatoria
Relata el periodista Giuseppe Guastella que habría un modus operandi revelado por los agentes de la policía tributaria: el servicio de publicidades se organiza y gestiona en Italia (se incautó correo electrónico que lo documentaba), pero las facturas y los pagos se canalizan hacia Google irlandesa, que a su vez retorna dinero a Google Holanda en forma de regalías, que luego toman un camino de regreso a otra empresa en Irlanda y desde esta llegan a Bermudas.
Al igual que otras empresas web Google obtiene en Italia varios beneficios sobre los cuales, sin embargo, no paga impuestos en Italia (donde en 2013 se pagó sólo 1,8 millones de dólares), sino que lo hace en países de baja tributación. Se sospecha que otras compañías: Apple, ver abajo, Amazon, Facebook, Twitter, Microsoft, estarían en situación parecida.
La Unión Europea estima que por medio de estos mecanismos anualmente se mueven miles de millones de euros que no tributan, hay gran preocupación por establecer un criterio común. Y no solo son las corporaciones tecnológicas, hay muchos mas casos de empresas de otros rubros. Se habla, por ejemplo, de la compañía aérea de bajo costo Ryanair.
También se debaten una serie de casos que tienen su epicentro en Luxemburgo, el periodismo italiano los ha bautizado Luxleaks. El luxemburgués Jean Claude Juncker, elegido presidente de la Comisión Europea, es fuertemente objetado por haber cerrado acuerdos con unas 300 multinacionales para que radiquen sus sedes fiscales en el Gran Ducado cuando era su Primer Ministro, ofreciéndoles pagar 1 % de impuestos cuando lo usual es un mínimo de 20 % en los otros países.
A su vez, integrantes del comité de la UE que intenta establecer un criterio común para abordar estas situaciones lamentan los arreglos rápidos individuales por parte de gobiernos como Italia, Francia y Reino Unido, argumentando que conspiran contra el establecimiento de una normativa clara en el corto plazo. Del mismo modo se manifiestan representantes sindicales y cámaras de pequeñas empresas que consideran desigual la vara fiscal con que se los mide.
Irlanda y Holanda sostienen políticas fiscales “blandas” con el objeto de fomentar la radicación de negocios en sus territorios. Para un lego, ubicado a miles de km de distancia, es difícil entender la razón de estos pases de sumas de dinero; tratando de asimilarlo a casos autóctonos de público conocimiento pareciera que los capitales se licuan. Los especialistas financieros de las corporaciones involucradas lo llaman Optimización Fiscal, también Inversión Fiscal, mientras que los gobiernos hablan lisa y llanamente de Evasión.
El arreglo Google - Reino Unido bajo la lupa
El jueves 28 de enero Dirección General de Competencia de la UE aseguró que indagará el acuerdo entre el Reino Unido y Google por el pago de impuestos atrasados desde 2005. En total, la empresa fundada por Sergey Brin y Larry Page había arreglado abonar 171 millones de euros al país sajón.
A mediados de enero, el ministro de Finanzas del Reino Unido, George Osborne, calificó las negociaciones con Google como una “victoria”, pero en los días siguientes se supo que tanto Francia como Italia se encontraban negociando cantidades superiores, teniendo en cuenta que los beneficios de la compañía en esas naciones fueron inferiores, lo que alentó las sospechas del organismo de control.
El caso Apple
En la misma línea de lo que estamos comentando, Apple ha convenido pagar al fisco Italiano 318 millones de euros, luego de que un procedimiento fiscal estableciera una presunta evasión impositiva de casi 879 millones en sus balances, entre 2008 a 2013.
El especialista Massimo Sideri cita un ejemplo al que califica de tomada de pelo: Es el caso del balance cerrado el 30 de septiembre de 2011 por la Apple Retail Italia, una de las dos SRL con que opera la compañía en ese País, analizado por las autoridades fiscales. En dicho balance se habla de fuertes incrementos en las ventas respecto del ejercicio anterior, justificándolos con la apertura de dos stores que operaron durante todo el ejercicio y de cinco almacenes que se sumaron durante ese período y a su vez se destaca el notable éxito comercial en las ventas del iPad 2 luego de su lanzamiento último trimestre. Conclusión: ese balance arrojó una pérdida de 1823 millones de euros.
El mecanismo empleado es similar al citado anteriormente: dos compañías gemelas, una de las cuales reside en Irlanda (A) y el otra en algún paraíso fiscal (B). El volumen de negocios realizado en Italia va a A, y de allí pasa a B para pagar 'derechos de propiedad intelectual' y listo, los beneficios desaparecen en paraísos fiscales como las Bermudas.
Si bien la disputa de impuestos parece resuelta con el pago por parte de Apple, continúa abierto un proceso penal paralelo contra tres directivos de la empresa por la operatoria.
¿Y dónde está el dinero?
La teoría sostenida por los gobiernos involucrados en esta historia es “se tributa donde se opera”, de allí que los italianos utilizan la figura de “organización estable”, o sea están establecida y operan en esos países, mientras que las corporaciones parecen decir que estas ventas en esos países no reflejan sus ganancias ni por asomo, que estas son muy inferiores pues entre sus costos hay derechos de propiedad
Si bien lo casos que estamos comentando han acontecido en la Eurozona es interesante mencionar el punto de vista del gobierno de Estados Unidos. Los grandes jugadores tecnológicos tienen origen en EEUU, sin embargo también aplican estrategias para la optimización impositiva. Ya en 2014 el presidente Obama reclamaba patriotismo a las corporaciones al exigirles que tributen en USA y no en otros países. Esta declaración meramente política no tiene efectos prácticos mas que la intención de impulsar en el congreso un marco legal para forzar a la tributación y, de hecho, es muy criticada por los libremercadistas a ultranza. Este intento de regulación choca dentro mismo de EEUU, donde existen zonas de baja fiscalidad con esquemas que fomentan la radicación de empresas. Además, y sin ir mas lejos, Canadá es uno de los países donde los beneficios obtenidos en el extranjero pueden repatriarse libres de una segunda imposición, por lo que es in imán para las corporaciones a la hora de considerar la inversión fiscal.
¿Por qué ahora?
Ajustes fiscales y recesión en muchos países desarrollados. Rescates multimillonarios a bancos y varios sonados casos de evasión fiscal han puesto el tema en primer plano. Y por otra parte tenemos estrategias (o tretas) que utilizan las empresas para evadir impuestos.
Según el economista político Richard Murphy, la realidad es que muchos países tienen un serio problema de déficit fiscal y necesitan recaudar más porque no pueden seguir exprimiendo a la propia población con impuestos y ajustes. De modo que buscan consenso para generar una red de intercambio de información que permita lograr una base impositiva acorde a las operaciones realizadas en sus territorios o las ganancias reales de las corporaciones.